La Pastoral del Instituto Hermanas Capuchinas de Maldonado, tiene su fundamento en: un humanismo franciscano rubattiano. Por eso, como Centro Educativo franciscano – rubattiano, intentamos:
Educar en el amor, la alegría, la esperanza,
el servicio, la solidaridad, la justicia, el respeto
y la defensa de la vida.
Donde, el ser humano, se ubica de manera particular en el medio, descubriendo una manera de “mirar”, de “ver” y de “vivir” a Dios a través de su prójimo. Creemos que el hombre es un “ser en relación”, abierto a su entorno y a las circunstancias en que vive, ya sean históricas, geográficas o culturales, porque es esencial la relación con el mundo, con el prójimo y con Dios.
El franciscano es un ser abierto a la esperanza, que vive en fraternidad, encarnado en el mundo al que trata de transformar. Es una experiencia nueva, alegre y jovial de existir, de conocer, de ver, de amar, de evaluar, interpretar y celebrar la vida y sus relaciones.
Dimensión individual. Queremos acompañar a cada alumno, para que, libre y responsablemente, sea agente activo, constructor de su propio destino. Guiarlo para que, en un serio y maduro proceso de discernimiento, lo descubra y que según su potencial y sus carencias se proyecte hacia el futuro, a la luz de una conciencia humana – cristiana bien formada.
Dimensión comunitaria. Que cada alumno, como ser en relación, integrante de una comunidad, se realice en el amor y en su relación con los demás, en una constante actitud de servicio, de minoridad, de sencillez, sin perder su propia identidad, esforzándose siempre en promover el amor, la paz, la justicia, comprometiéndose en la construcción de un mundo cada vez más fraterno.
Dimensión trascendente. El hombre es un ser abierto a la trascendencia, realidad inscripta en su propia naturaleza humana, porque es un ser espiritual. Lo acompañaremos en su camino de búsqueda, para que comprenda , interiorice y encarne que, el Dios revelado en Jesucristo es la propuesta definitiva, capaz de colmar sus aspiraciones más íntimas y profundas.
